Le cantabas a María imitando a tu mamá. Peregrinas por ella, en un rumbo maquinal, por acompañar la inopia de tus vástagos. Erubescente es el culto a María, no la pía madre en la encarnación del Verbo. Cuando te bañes en el Nuevo Testamento con champú, se esfumarán los escombros del cochino prado. Tocando su silente imagen no presagias nada. Pajaritos vuelan sobre tu cocorota, el abatimiento surge de esa nada.
Salmo 31:1-5; Efesios 4:18; Efesios 5:5; Santiago 1:5; Hebreos 13:8
Salmos 31:1-5Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Declaración de confianza
Al músico principal. Salmo de David.
En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
Líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
Pues tú eres mi refugio.
5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
NO SEAS CATÓLICO
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De “Las sotanas de Satán”.
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