La mediación de María muestra el poder de la gloriosa mediación de Cristo. Cuando al Consolador le queda algo de tiempo libre hace exactamente lo mismo. Ella es auxiliadora, abogada, socorro y guía. Cuando al Espíritu de Dios le sobra tiempo cumple exactamente la misma función. Cuando el Espíritu de vida se va de vacaciones nadie se acuerda de Él, gracias a María. Nadie cuantifica el pecado imperdonable ¿El que acude a Santa Teresa o a otro santo desestimando a María es un bobo? ¿el que va a Santa Teresa y a María a la misma vez es más avisado? ¿el que le reza a Santa Teresa, a María y a Cristo de una pasada es un docto? ¿el que acude sólo a Jesucristo es un superdotado? ¿es un descriterio que los católicos a veces le recen a Cristo o a un santo excluyendo a María? ¿a veces María no es imperiosa? ¿el rezo que elimina a la madre de Jesús es anatema? El padrenuestro, los apóstoles y los hijos de Dios, desechan frontalmente toda intervención de ella. Si las mediaciones sacan toda su eficacia de Cristo, entonces Cristo solo es totalmente autosuficiente como mediador y no suscita ni pide colaboraciones, porque con el Espíritu Santo le basta y le sobra. Operando completamente sola y abandonada, la Santa Trinidad no se desvanece ni se asusta. Las oraciones y requerimientos son a Él, y no en Él. El que nos lleva de la mano al Salvador, a la redención, es el Espíritu Santo, y no hay más.
Hebreos 12:24; 2 Corintios 13:14; 2 Timoteo 3:16-17; Juan 14:6; 1 Pedro 1:2; 2 Timoteo 4:17-18


NO SEAS CATÓLICO
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De “Las sotanas de Satán”.
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