Nacido Jesús, María fue inmunda siete días. Al octavo día circuncidaron al niño. Treinta y tres días más estuvo purificándose. Con una ofrenda de gente humilde, el sacerdote hizo expiación por ella según la ley de Moisés, y María fue limpia. La concepción fue sobrenatural, el parto fue común. Esta ceremonia de purificación no fue una farsa ni una prodigiosa obra teatral shakespearena. La purificación de María fue genuina e imperiosa. Ella se refiere a Dios como “mi Salvador”, por circunstancias que se dilucidan de inmediato.
Lucas 2:21-24; Levítico 12:1-8; Lucas 1:47
NO SEAS CATÓLICO
http://noseascatolico.blogspot.com
http://noseascatolico.blogspot.com
De “Las sotanas de Satán”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario