martes, 7 de febrero de 2017

Un sólo título para ella


I

Las generaciones te llamarán la bienaventurada y nada más. Sólo así te llamarán. Cualquier arrepentido que guarde Su palabra es un bienaventurado, cualquiera, y sin rangos. Las generaciones no te darán otro título, ningún otro, y sólo te llamarán la bienaventurada y sólo así. Se ruega no insistir ni ponerse imaginativos. “y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que fue dicho de parte del Señor”. Ella creyendo en las promesas de Dios fue fiel, sumisa y obediente, delante de Su presencia. La raza de los bienaventurados es una sola. Te llamaremos la bienaventurada, nada más. Así lo ordena el evangelio y sólo así se hará. El que hace la voluntad del Padre es un bienaventurado. Los hijos se adornan de las virtudes del Hijo.

Lucas 1:45-48; Lucas 11:27-28; Apocalipsis 3:21

II

María no era madre de la divinidad de Jesús,
María no era la madre del aspecto divino de Jesús,
María no era la madre de su divinidad,
María no es madre de la divinidad,
María no es la madre de la divinidad,
María no es la madre de Dios,
María no es madre de Dios.
María era la madre de la humanidad de Jesús.

Jamás Dios tuvo una bisabuela,
jamás Dios tuvo una abuela,
jamás Dios tuvo una madre.

María: fue una pecadora redimida; no es la mamá de Dios;
fue madre de siete hijos; no ascendió al cielo.

Juan 1:14


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De “Las sotanas de Satán”.



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