lunes, 6 de febrero de 2017

Siameses excluyentes entre sí



La indulgencia es la remisión de los pecados ya perdonados, de sus penas temporales. Es un golpe vitamínico al débil sacramento del perdón. Fue absuelto y quedó igual, sin un acceso perpendicular a la corte celestial. El perdón a medias es un pitorreo y el comburente purgatorio les da aliento.
Disminuyeron drásticamente la chacota restringiendo las indulgencias plenarias. De lo contrario, la Penitencia y los otros aseos serían chatarra.
¿Qué vale más para los que han partido? ¿una indulgencia o una misa por los difuntos? ¿cuál clasifica en segundo lugar? Con su supremacía, la indulgencia plenaria solitaria pone celosa a la Penitencia, a la misa y al embeleco. ¿La Penitencia sin una indulgencia es una broza, un abalorio? ¿cuál de las dos sobrevive sola?¿cuál es prescindible? ¿qué pellejo aguantaría una salvación de etapas largas, enrevesada, inconclusa y fulera?
El perdón del Redentor es acabado y fulminante y el nuevo pacto no es un funcionario.

Romanos 10:9; 1 Juan 2:25; Isaías 43:25


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De “Las sotanas de Satán”.

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