domingo, 5 de febrero de 2017

El párroco de la comuna


El sacerdote de este lugar es coronel y paje. Trabaja como camello de carga sin reclamar la atrasada cancelación de las horas extraordinarias. La sobrecarga del sacramentalismo lo relegará al tártaro. Y al borde de un ataque de nervios, no claudica. Sin estipendios que lo alienten, al presbítero en una semana estándar lo involucrarán en: dos bodas con bailoteos y sus colmos; santiguarse de adrede cinco veces; un bautismo con dos autobuses de dipsómanos; tres confirmaciones a jóvenes distorsionados que no expatriarán su espíritu juerguista; seis penitencias a tunantes incorregibles; cinco sermones a frívolos rigentes y con aptitudes; la extremaunción a un ateo consistente; ungir a enfermos que no creen en la sanidad divina; inaugurar un consumista centro de libertinajes; un desfile por la bahía maldiciendo los bikinis lacónicos; un rezo por los muertos en pecado venial y otro por la grey, a la difunta María, mamá del Creador; una maratónica peregrinación, con calambres; un padrenuestro con las desmandadas ovejas; regalar escapularios asegurándoles a los supersticiosos que el purgatorio no sólo vive en las novelas espectrales; asistir a una fiesta juvenil para evitar la orgía; una vigilia colectiva con un barril de cafeína por occipucio y promover ese insomnio que le agradaría al Señor; bendecir con leticia esa estatua que vigila la villa; leerles el rosario a romeriegos de talento nativo; amenizar un paseo con guitarras, bombos y maracas, impulsando al mocerío a una tambarria mesurada; organizar una rifa con vodka y habanos como premios; regar con agua bendita cada escondrijo del impío pueblo y ser un resignado con esa abrumadora mayoría que jamás abrirá el Nuevo Testamento de lado a lado. En todo caso el servicio prestado es de primera calidad. No hay ausentismo laboral o quejas de consideración. El sacerdote es ágil, oportuno e industrioso. Y si a ese ritmo lo van a reventar, el esmero y categoría de los productos romanos ofrecidos no decae. La rotación ingrávida de los inventarios es reconfortante. No se aceptan devoluciones ni comadreos eróticos. Por su aplicación lo eligieron la sotana del año y es la portada en el calendario del arzobispado. No le tenían fe por su falta de estatura y ductilidad, mas demostró que con sobrepeso también se es posible una esplendente carrera funcionaria en Roma S.A. Un obispo sin panza es un prelado sin ética. Poseer un cerebro lavado por el catecismo y no henderse con facilidad, es determinante en este empleo milenario y empalagoso, que frustra a todos los optimistas sinceros. El neurólogo cata a los que se rinden con los ajetreos. En el cartapacio del dicharachero pueblo, el cura es una pieza didáctica clave dentro del ceremonial y protocolo. El obispo les demanda la condición física de un bufón. Una mente brillante en pijamas y el corazón cerrado a la gloria del Espíritu Santo y su ardor, le evitan el juicio crítico y el eclesiástico, mas no el final.

¿De qué le sirve guiar a un rebaño carroñero?
¿El conformismo sería sinónimo de redención?
¿Cuánta sensualidad no quita la sotana?
¿Cambiaría su religión de ceremonias majestuosas
por otra de almas esclavizadas por el Espíritu Santo?
¿Su maciza lubricidad lo alumbrará?
¿Salvación el litigio?
¿Estará el pueblo informado de la trascendencia
de la conversión en vivo al Nazareno?
¿Con qué gambeta no rehuirá el reino de los cielos?

Juan 5:40; Deuteronomio 1:43; 1 Samuel 12:15


Resultado de imagen para juan 5 40


43 Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte.



De “Las sotanas de Satán”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario