El alma transita por un lado al infinito y la carne por el otro, a la putrefacción. Los deleites de la carne son la ruina del ser y la Tradición brilla por su inoperancia. Nada destrozará la procacidad del peregrino. La santa fe romana es incompetente y sombría, como ese robusto emocionalismo de la mariología.
2 Corintios 5:17; Isaías 33:14; Romanos 8:1; Juan 6:63
NO SEAS CATÓLICO
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De “Las sotanas de Satán”.
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