domingo, 5 de febrero de 2017

El imperio mismo de Satán


La historia de la Santa Inquisición, fiel representante del espíritu de la iglesia romana, se escribe al menos con: las cámaras de tortura y el beato manual que aseguraba el desgarrador sufrimiento de los martirizados; la nómina de los curas incondicionales al Sumo Pontífice, que con creatividad y afán, incrementaban cada día el horror de los atormentados, en el nombre de Dios; las hogueras que diseminaron la misericordia papal; los hierros candentes y los océanos de miedo de los pueblos esclavizados por la sañuda y devastadora Santa Sede; los gélidos tribunales que a través de la delincuencia y el crimen organizado, financiaron con holgura las obras del Romano Pontífice, confiscando y expropiando las propiedades y recursos de los inocentes y redimidos que fueron torturados, quemados, asesinados y acabados; el arriscado personal que se capacitó para manejar con ímpetu y rigidez las suntuosas cámaras del suplicio; los expertos que flagelaban sin matarte; las víctimas que conforman el genocidio de los vicarios; ese clero que superó la crueldad fantaseable; los miles y miles de presbíteros que con celebrada lealtad al primado de Italia, se mantuvieron firmes e inmutables frente a las lágrimas, náuseas, desmayos, arcadas, súplicas y los demoledores quejidos de los inmolados y pisoteados; los papas, obispos y cardenales, paranoicos y homicidas que personificaron con inigualable fidelidad y coherencia la singular e inequívoca ternura y perspectiva católicas. La Santísima Inquisición es el distintivo del credo romano.
El origen de todo el suplicio estuvo en una doctrina que en temas de fondo, mantiene su línea intacta. Empero el lobo feroz con su radiante y blanca vestidura insiste en que es el vicario del Rey de reyes. No se agarrotaron con tantos vejámenes a los bienhechores. En el último tiempo volverán a poseer un gran poder, brevemente, y tendrán nuevamente la oportunidad de mostrarle al planeta su ensordecedora piedad. Después, la justicia ingresará con su guaripola empozándose por los siglos de los siglos ¿Por qué el sacro colegio no desclasifica los archivos de la Inquisición para que los investigadores imparciales dimensionen la maldad de Lucifer y sus delegados? Un milenio de evolución desde el afamado Constantino y aterrizaron en el horror límite, por apegarse a la Tradición, apartándose del evangelio puro y sencillo de Jesús. Continúan enceguecidos con la depredadora Tradición. Bueno, el dinerillo encandila a cualquiera.

Apocalipsis 6:9; Apocalipsis 17:6; Hebreos 11:36; Hechos 5:40; Éxodo 20:13


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De “Las sotanas de Satán”.

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