El pecado mortal te priva de la gracia, es el puente dinamitado que te separa del Señor. Te evacuan en ese mismo momento del purgatorio. Es el peor escenario del romanizado. La inasistencia dominical identifica al católico que presume de tal, sobre todo cuando le predican del arrepentimiento inconsútil. Es su impronta. Faltar a la misa te suelda en el fondo del agujero, con el rostro tajado y con el chapapote hasta las canillas. Sin recelos, queda clarísimo que éste es el pecado fatal más trillado y distinguido por la feligresía. No más del cinco por ciento asiste a la misa como el papa romano lo ordena. Los demás están fritos por todos lados, con aceite de linaza. Los domingueros leales son una atracción veraniega.
Hebreos 10:25; Éxodo 20:10-11
NO SEAS CATÓLICO
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De “Las sotanas de Satán”.
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